sábado, 21 de mayo de 2011

Deca Ironman, esfuerzos sin límite

El deporte es algo que ha acompañado al hombre desde sus primeras civilizaciones hasta nuestros días. Existen muchos tipos de deportes con infinidad de modalidades y variantes, pueden ser individuales o en equipo, mentales como el ajedrez, físicos, acuáticos, de invierno, etc. Actualmente, dedicarse a cualquiera de ellos profesionalmente requiere de un continuo esfuerzo y dedicación ya que las competiciones son cada vez más exigentes.

Si consideramos la preparación física que hay que tener para ciertas competiciones hay una que se lleva la medalla de oro sin ningún tipo de dudas, el Decatriatlón, o también llamado, el DecaIronman. La verdad es que no me extraña que le pongan ese nombre, los que se atreven con una cosa así, más que atletas, son máquinas.

Todo el mundo conoce la dureza de un triatlón. En la modalidad olímpica el atleta tiene que recorrer 1,5 km nadando, 40 km en bicicleta y 10 km a pie, todo seguido y en el menor tiempo posible. Por otro lado está la versión de larga distancia, el Ironman, que consiste en 3.8 km a nado, 180 km en bicicleta, y por si no han tenido bastante, un maratón!!, es decir, algo más de 42 km!!.

Ya me parece algo extremo lo del triatlón de larga distancia pero es que eso no es nada comparado con el DecaIronman, que como su nombre indica, es 10 veces más largo, más duro, más bestia, más... en fin, más Ironman.

Consiste en 38 km nadando, 1800 km en bicicleta y 10 maratones!!!, algo inhumano por Dios!!!. Espera... ¿he dicho que estas pruebas se hacen seguidas sin parar?. Y para complicar la cosa, por si fuera poco, les ponen un límite de tiempo para completarlo, concretamente 14 días. La cosa sería así:

     - 48 horas para completar los 38 km nadando.
     - Hasta el décimo día para completar los 1800 km en bicicleta.
     - Los 4 días restantes para completar los 420 km corriendo.

Vale, a mi ya me ha dado un infarto sólo de pensarlo, no sé a vosotros. Es una prueba en la que muy pocas personas se atreven a participar, y muchas menos las que consiguen completarlo a tiempo. Se pueden contar con los dedos de las manos los atletas que lo han logrado, son como la élite de lo sobrehumano.

Verdaderamente ya es un logro el simple hecho de acabar a tiempo, pero esta gente no se contenta con eso sino que encima consiguen unos tiempos incomprensibles. El año pasado, por poner un ejemplo, el francés Christian Mauduit completó esta locura de casi 2.300 km en 199 horas, 9 minutos y 29 segundos. Es algo así como ir de Madrid a París y volver en poco más de 8 días.


miércoles, 18 de mayo de 2011

Corrección sobre Cápsula "Lista Forbes 2011"


Hola a tod@s,

me pongo en contacto con vosotros por medio de una entrada para deciros que he cometido un error en una de las últimas cápsulas, concretamente en "Lista Forbes 2011". Para los que seguís el blog de una manera directa habréis comprobado que el post ha desaparecido, pero no ocurre lo mismo con los sistemas de suscripción. He probado de eliminarlo y sincronizar los contenidos pero por lo visto no ha funcionado o la sincronización es más lenta de lo que pensaba.

Al principio la entrada se eliminó debido a un problema que hubo con los servicios de Blogger, y posteriormente, al ver que no se restauraba correctamente, decidí volver a publicarla sin saber que la información que estaba proporcionando era incorrecta. Ahora soy yo el que ha decidido retirarla.

"Lista Forbes 2011" proponía que si repartimos entre toda la población mundial la suma de las fortunas de los 10 primeros componentes de la lista, cada uno de nosotros dispondría de 58 millones de dólares. Estos cálculos son incorrectos.

El error lo cometí por calcular las cifras directamente sin ceros, dividí 406 entre 7 y me dio como resultado 58, e inconscientemente deduje que eran millones de dólares cuando en realidad eran 58 dólares. Quedé cegado por la indignación que me provocó aquel resultado y me puse a escribir como un loco sin verificar en última instancia los cálculos efectuados.

Seguro que a muchos, al leer la cápsula en cuestión, les provoqué la misma indignación que sentí yo en su momento, así que de alguna manera, os debo una disculpa.  No me sentiré más sabio por rectificar pero si más tranquilo por reconocer....

Desde el otro lado del monitor, mil disculpas.


Joaquín Milián.

Delicatessen tecnológica.

A veces la tecnología tiene un coste difícilmente alcanzable para el bolsillo medio. Si quieres estar a la última con alguno de los nuevos dispositivos del mercado es posible que tengas que hacer un esfuerzo económico para permitírtelo. El iPad 2, por ejemplo, es el típico artículo de última generación que por su coste no lo verás en manos de todo el mundo, no sólo por su precio inalcanzable para muchos, sino porque sencillamente a mucha gente le parece caro.

Por otro lado si a alguno le parecía cara esta tableta entonces la versión Gold History Edition le parecerá una excéntrica gilipollez. Existe un iPad 2 en el mercado que vale nada más y nada menos que 5 millones de libras, o lo que es lo mismo, 5.6 millones de euritos. Sí sí, habéis leído bien, casi 6 millones de euros!!

La razones de este precio son las siguientes: 

  • Fabricado en oro de 18 quilates mezclado con paladio, plata, zinc.. concretamente 2 kilos de oro.
  • La manzana mordida típica de este fabricante está decorada con 750 gramos de brillantes y amolita.
  • El botón de home del aparato es un diamante de ocho quilates y medio rodeado de otros 12 incrustados en platino.
  • Y lo más divino de todo, contiene 57 gramos de astillas de hueso de Tyrannosaurus rex!!!, digo yo que lo de History vendrá porque este material tiene 75 millones de años ¿no?

Esta tontería de lujo ha sido creada por el diseñador británico Stuart Hughes y se han fabricado "sólo" 2 unidades, supongo que se le habrían acabado los huesos de rex.

La verdad, a mi me parece el súmmum de lo absurdo, y lo peor de todo es que seguro que habrá alquien que se sienta bien comprando tal cosa, realmente penoso.


    lunes, 16 de mayo de 2011

    Microcápsula 8: Caramelos explosivos

    Raro era el día que saliera del colegio y no abriera un sobre de los que contenían unas piedrecitas de colores que explotaban cuando te las ponías en la boca. ¿Recordáis los Peta Zetas? Este ingenioso caramelo explosivo salió al mercado en el año 1975 y aún sigue comercializándose con más o menos éxito entre los chavales de hoy.

    ¿Cuál es el secreto para conseguir estos caramelos explosivos?. Primero, como cualquier otro caramelo, se obtiene un jarabe de azúcares a una temperatura de 150ºC, luego este líquido pasa a una máquina que gasifica el jarabe con CO2 a una presión de 60 atmósferas (el equivalente a estar 600 metros bajo el mar) provocando que se formen minúsculas burbujas dentro del líquido. Después se deja enfriar para que se solidifique, y una vez sólido, la máquina detiene el suministro de presión haciendo que el caramelo estalle en mil pedazos debido a la presión acumulada en su interior. Estos pedacitos son los que conocemos como Peta Zetas.

    Los trocitos de caramelo siguen almacenando burbujas a 60 atmósferas, y al disolverse en la boca, estas se liberan con violencia obteniendo las pequeñas explisiones que todo el mundo conoce y por las cuales se ha hecho famoso este producto.

    domingo, 8 de mayo de 2011

    Organismos con vida eterna

    Turritopsis nutricula adulta
    La vida eterna es la utopía por excelencia del ser humano, y aunque algunos rechazan esta posibilidad siendo partidarios de una vida mucho más larga que la actual pero no de una vida sin fin, yo no dudaría ni un segundo en aferrarme a tal opción si se me plantease posible.

    También hay que diferenciar entre el concepto de vida eterna y el de inmortalidad, que para mi son totalmente diferentes. Una cosa es que biológicamente no envejezcas y por tanto no mueras de causas naturales, y otra muy distinta es la de que no puedas morir nunca, es decir, algo así como ser indestructible. Sí soy partidario del primer concepto pero no del segundo.

    Dejando a un lado mi filosófica opinión sobre el tema tengo que decir que en los años noventa se descubrió un organismo con una habilidad que es objeto de intensivos estudios por parte de la comunidad científica desde su descubrimiento, ya que nos puede proporcionar información sobre cómo lograr retrasar nuestro envejecimiento, y quién sabe si hacernos soñar con que la vida eterna puede estar más cerca de lo que imaginamos.

    El organismo en cuestión, de nombre científico Turritopsis nutricula, es una medusa capaz de invertir su ciclo de vida. Tiene la espectacular característica de modificar sus células consiguiendo que estas retrocedan a fases anteriores a su especialización, es decir, es como si una mariposa pudiera convertirse de nuevo en una oruga para después volverse a convertir en mariposa. Este hidrozoo cuando llega a su madurez sexual se regenera por completo convirtiéndose otra vez en "bebé" (en pólipo), y además lo hace infinitamente, por lo que los científicos lo han tenido que catalogar como "inmortal", el único ser vivo conocido en La Tierra con ese don.

    Se dice que en 50 años la esperanza de vida del ser humano rondará los 150 años pero lo que no dicen es en qué estado llegaremos a esa edad. Yo por lo menos quiero entender con esa afirmación que pasados los 50 años una persona que tenga 80 será como una de 40 en la actualidad, porque sino ¿qué sentido tiene vivir tanto si nuestro cuerpo no está preparado para hacerlo?.

    En fin, la naturaleza nos brinda continuamente su sabiduría, sólo hay que fijarse en ella. Hemos "copiado" en muchos casos al reino animal en beneficio propio para nuestro desarrollo, ¿por qué no creer que algún día lograremos artificialmente lo que esta medusa hace de manera natural?


    lunes, 2 de mayo de 2011

    El tamaño de la Luna, no creas lo que ves

    La Luna llena en noches claras nos ofrece un gran espectáculo visual cuando asoma por el horizonte. Es en esos momentos en los que la vemos más grande y la podemos apreciar mejor debido al brillo atenuado por la atmósfera. ¿Quién no ha intentado fotografiar alguna vez una luna enorme asomando por el horizonte?, es la perfecta decoración para un cielo despejado sobre la ciudad o el motivo principal para unas montañas que por si solas no ofrecerían ninguna atracción fotográfica.

    La Luna, aparte de ofrecernos estas fantásticas estampas, es la causante de la mayor ilusión óptica que se conoce, por lo menos en escala, ya que nuestro satélite siempre tiene el mismo tamaño en el cielo, ya sea en el horizonte o en el mismo cenit. La ilusión es tan potente que estoy seguro que algunos de los que leáis este post seguiréis pensando que no es así.

    La Luna está rodeada de falsas creencias. Una de ellas, y posiblemente la más extendida, es la de que la luna debe sus fases a la sombra producida por la Tierra al interponerse ésta entre ella y el sol. Totalmente incorrecto. Las fases lunares se deben al ángulo desde el que vemos la Luna al ir rodeando a la Tierra, y al estar siempre iluminada por el mismo sitio y en su totalidad (se entiende una semiesfera iluminada) hace que los diferentes ángulos de visión nos ofrezcan estos distintos puntos de vista a los que llamamos fases.

    Otra de las falsas creencias, y que está directamente relacionada con la anterior, es pensar que hay una "cara oculta". Posiblemente lo que induce a error en esto es precisamente cómo se ha nombrado a esta parte de la Luna ya que sería más correcto decir "cara no iluminada" que "cara oculta". Nuestro satélite no está empeñado en no mostrar esta parte, de hecho cada mes nos la enseña en su totalidad cuando es nueva, lo que pasa es que al no estar iluminada no podemos verla a simple vista, pero con un buen equipo fotográfico y una exposición larga la podremos ver sin problemas.

    Puedo con esto haber aclarado algunos aspectos pero lo que a continuación voy a comentar, lo de la ilusión óptica a la que me refería al principio, me va a costar más. Siempre se ha dicho aquello de "ver para creer" pero no siempre se ha de creer todo lo que se ve, a veces somos víctimas de nuestros propios sentidos.

    Con ejemplos se entiende mejor. Vamos a ver este dibujo y comento.


    En este dibujo vemos unas líneas remarcadas en negro en lo que parecen ser los vértices de una pared imaginaria. ¿Cuál de estas dos líneas es más grande?, desde luego si tuviera que apostar lo haría por la línea de la derecha, está claro que es más grande, ¿o no?. Pues no, perdería todo lo apostado ya que tanto la de la izquierda como la de la derecha son exactamente iguales.

    Se trata de una ilusión óptica llamada ilusión de Ponzo. Básicamente lo que ocurre es que en nuestro cerebro recibimos la profundidad que propone el dibujo a pesar de sus dos dimensiones, por lo tanto asimilamos la línea de la derecha como que se encuentra más lejos que la de la izquierda, entendiendo que si está más lejos sin duda tiene que ser más grande si la traemos a la posición de la línea de la izquierda.

    Seguro que como yo ahora mismo estás cogiendo la regla del escritorio para confirmarlo, está claro que aquí lo de ver para creer no funciona en absoluto, nuestros sentidos nos engañan por mucho que intentemos calcular visualmente. Pues es esto lo que ocurre con la Luna cuando la vemos tan grande en el horizonte y tan pequeña en el cenit.

    Esto ocurre porque cuando aparece en el horizonte tenemos con qué compararla. Si entre nuestra vista y la Luna se interpone una casa, unos árboles, una ciudad, nos parece increíblemente grande, mientras que si la vemos en lo alto de nuestras cabezas nos parecerá muy pequeña al no tener más que unos puntitos brillantes a su alrededor para compararla. Es la mayor ilusión óptica que se conoce y la que lleva a pensar que la Luna varía su tamaño dependiendo de dónde se encuentre, aunque cueste creerlo.

    Podemos confirmarlo de dos formas distintas. La primera está en que si pensamos por un momento y sabemos que la órbita del satélite es completamente circular (en espiral para los puristas), es decir, que la distancia entre ella y la Tierra es siempre la misma, de lógica nos lleva a pensar que siempre la vamos a ver del mismo tamaño ya que la distancia no varía. La segunda, y con la que vamos a poder aplicar lo de ver para creer, es que cuando la veamos grande cojamos un objeto con la mano, por ejemplo un lápiz, una llave o un mechero y lo coloquemos entre la Luna y nuestro ojo para marcar su tamaño en el objeto (a modo de regla) y pasadas las horas, cuando se encuentre en lo más alto, repetir el proceso. Nos vamos a dar cuenta de que tiene exactamente en mismo tamaño, es algo curioso de confirmar.

    En fin, esto no va a quitarme la "ilusión" de fotografiar la belleza de una Luna llena sobre el horizonte...