sábado, 26 de febrero de 2011

Caigo infinitamente sin tocar el suelo

Cuando vemos imágenes de astronautas flotando en el espacio o dentro de sus naves con todos esos objetos suspendidos a su alrededor nos imaginamos cómo debe ser eso de estar en el espacio sin gravedad.

La cuestión es que preguntarse qué debe sentir un astronauta en el espacio sin gravedad es del todo incorrecto ya que la gravedad existe incluso ahí fuera. Entonces ¿por qué flotan y no caen al suelo? pues la respuesta es precisamente lo contrario a la pregunta, no flotan sino que caen.

Para comprender esto imaginemos que sostenemos un objeto a 3 kilómetros de altura, si lo soltamos evidentemente caerá trazando una trayectoria recta hacia el suelo, pero ahora supongamos que el objeto se desplaza por ejemplo a una velocidad de 500 km/h, al soltarlo habrá recorrido una gran distancia antes de caer al suelo. Pues bien si la Tierra fuese plana, por mucha altura y velocidad que tuviera el objeto, siempre acabaría cayendo en algún punto pero ¿qué pasa si el suelo no es plano sino curvo?.

El resultado de una combinación concreta de altura y velocidad en la Tierra hace que el objeto pierda altura  mientras avanza a la vez que el suelo se separa debido a la curvatura del planeta, entrando en un bucle infinito. A esto se le denomina orbitar, o lo que es lo mismo, estar en constante caída libre.

Es un error pensar que en el espacio exterior no existe la gravedad, de hecho sin ella no sería posible orbitar, simplemente se consigue un estado simulado de gravedad 0 en un perfecto equilibrio de fuerzas.

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